Estar a la defensiva. ¿Por qué cuando estás a la defensiva no puedes conectar con los demás?
- InSight Psicología
- 8 may
- 3 Min. de lectura
Muchas personas acuden a consulta con una sensación muy concreta:

"No entiendo por qué me alejo justo cuando más quiero estar cerca"
“Siento que no puedo relajarme con mi pareja”
"Me pongo a la defensiva con mi pareja y luego me siento fatal".
Este tipo de experiencias son mucho más comunes de lo que creemos, y tienen una explicación profunda que va mucho más allá de la voluntad o el carácter.
Como psicólogo en Valladolid, acompañamos a muchas personas que desean mejorar sus relaciones pero se sienten atrapadas en una especie de "piloto automático" que les lleva a tensarse, reaccionar o alejarse sin quererlo. En este artículo te explico por qué sucede esto y cómo puedes empezar a entenderlo desde una mirada compasiva y basada en la neurociencia.
¿Qué significa estar a la defensiva en una relación?
Estar a la defensiva no es simplemente "ponerse borde" o "responder mal". Es una reacción automática del sistema nervioso que ocurre cuando percibimos (de forma consciente o no) que hay una amenaza.
Esta amenaza puede ser real, simbólica o emocional: miedo al rechazo, a no ser suficiente, a ser invadido, a que nos hagan daño.
En las relaciones afectivas, especialmente en las de pareja, estas amenazas no suelen ser evidentes, pero pueden activarse si tenemos heridas emocionales o si la relación está tambaleando. En ese momento, sin darnos cuenta, dejamos de fomentar el vínculo y empezamos a protegernos. Nos cerramos, atacamos, evitamos o desconectamos emocionalmente.
El sistema de defensa: cómo funciona nuestro cuerpo cuando siente amenaza
Nuestro cuerpo está diseñado para protegernos. Ante cualquier señal de peligro, se activa el sistema de defensa, también conocido como "lucha, huida o congelación". Esta respuesta está regulada por el sistema nervioso autónomo y es completamente automática.
La teoría polivagal, desarrollada por el neurocientífico Stephen Porges, explica que tenemos diferentes niveles de respuesta:
Cuando nos sentimos seguros, se activa el sistema ventrovagal, que permite la conexión social, la calma, la empátía y el vínculo.
Cuando sentimos amenaza, se activa el sistema simpático (lucha o huida), y si la amenaza es muy intensa o prolongada, el sistema dorsal vagal (colapso, desconexión).
En resumen: si tu sistema nervioso percibe que no estás a salvo, no puede vincularse. Solo puede defenderse.
Esto explica por qué, en muchas discusiones de pareja o momentos delicados, de repente nos sentimos tensos, fríos, o demasiado reactivos. No es que no nos importe el otro: es que el cuerpo ha cambiado de modo y ha dejado de priorizar la conexión.
El vínculo necesita seguridad, no ponerse a la defensiva
"El vínculo emocional se construye desde la confianza, la calma y la percepción de que el otro es una base segura. "
Esta idea viene de la teoría del apego, desarrollada por John Bowlby, que muestra cómo desde la infancia buscamos figuras que nos den protección y consuelo ante el malestar.
Cuando en la relación hay críticas constantes, frialdad, ambivalencia, gritos o desconexión, el cuerpo interpreta que ese lugar ya no es seguro. Entonces, activa el sistema de defensa y el vínculo se debilita.
Esto también puede pasar aunque el otro no esté haciendo nada "grave". Si en nuestro pasado hubo experiencias dolorosas no resueltas (abandono, traición, rechazo), es fácil que entremos en modo defensa con rapidez, incluso sin que haya un motivo real. Por eso, muchas veces no es el presente lo que te pone a la defensiva, sino el eco de algo que aún duele.
¿Cómo saber si estoy a la defensiva?
Algunas señales de que estás a la defensiva en tus relaciones:
Te cuesta escuchar al otro sin sentir que te está atacando.
Saltas con facilidad o te pones muy irritable.
Te desconectas emocionalmente: no sientes nada o quieres huir.
Sientes tensión física constante (mandíbula apretada, respiración corta, manos en puño).
Necesitas tener el control de la situación o evitar el conflicto a toda costa.
Reconocer estas señales no es para culparte, sino para que puedas empezar a entender qué te está pasando.
Psicólogo Valladolid: acompañamiento para relaciones más sanas
En terapia, trabajamos para que puedas reconocer cuándo estás en modo defensa, qué lo activa, cómo regular tu sistema nervioso y qué heridas pasadas pueden estar influyendo. No se trata de forzarte a estar bien, sino de crear poco a poco un entorno interno y externo donde tu cuerpo pueda bajar la guardia.
Si te has sentido identificado o identificada con este artículo, si notas que te cuesta vincularte o que estás a la defensiva con frecuencia, puede ser el momento de buscar apoyo profesional.
En InSight Psicología, como psicólogo en Valladolid, acompañamos procesos de autoconocimiento, regulación emocional y mejora de los vínculos desde una mirada respetuosa, basada en la neurociencia y el apego.
La seguridad no siempre está fuera. Muchas veces empieza por dentro.
Comments